AFRICA

Historia de la pieza

A algunos kilómetros de mi casa, en el bosque, vive don Elías un anciano, muy sabio, que viajó durante toda su vida con una biblioteca de madera de cerezo con libros muy antiguos.

De algunos remotos lugares trajo arbustos que plantó en su jardín. Un año, debido a las bajas temperaturas, uno de los arbustos, proveniente de África, se secó y murió. El señor Elías, muy triste, me lo enseñó; viendo esa tristeza en sus ojos le dije que no se preocupara: yo haría que luciese para siempre en su hogar. Pero Elías me dijo que él lo quería vivo y, como ya no podía ser, prefería que hiciese una lámpara para dar luz cálida a alguna familia en su hogar. Con una voz suave pero muy profunda dijo:

"Quien tenga esta lámpara en su hogar verá que tiene una lámpara muy especial”.

Aquellas palabras, que sonaron de una manera distinta y única, me hicieron pensar en quedármela yo. Pero, por algún motivo que no puedo explicar, decidí que tenía que seguir su destino, como pidió el anciano Elías.

Con mucho esfuerzo y la ayuda de un pico y una pala, cavé durante algunas horas hasta conseguir extraer el arbusto de la tierra. Lo que apareció fue increíble, fantástico: ¡África viva! . No solo por las caras que se adivinan en la madera, también por sus colores y tonos naranjas de atardeceres en la sabana y su entramado de raíces, como miles de caminos por la selva. Una lámpara colonial, maravillosa que espero que os guste.

P.D.: Nunca olvidaré la cara del anciano cuando dijo que aquella lámpara sería especial y que quién la tuviese lo vería... Estoy seguro de que, una vez que se vaya donde tenga su destino, volveremos a saber de ella...