COLECCIÓN TRIBUTO
En los años 90 del siglo XX, más exactamente en 1994, una mañana de invierno salí a por leña seca para calentar mi hogar. Cuando volvía resbalé en una placa de hielo y, al caer, el hacha me hizo un corte en la palma de la mano.
La herida me impidió continuar con mi rutina durante unos días; no fue grave, solo unos puntos, pero justo entonces cayó en mis manos, por fortuna, un libro, El Señor de los Anillos. Cuando lo leí me pareció una genialidad, una auténtica obra de arte. Continué leyendo otros libros de J. R. R. Tolkien: Silmarillion, y Las aventuras de Tom Bombadil, personaje que en el libro sale poco, pero que para mí es el mejor.
Una de las cosas que me llamaba mucho la atención de la literatura de Tolkien eran las lámparas que construyeron los Valar y que proporcionaron la primera luz a la Tierra Media. Siempre me imaginé aquellas lámparas con esa fantasía de cuando eres muy joven y tu imaginación vuela, hasta el punto de que puede parecerte mucho más verosímil la teoría de la evolución de Tolkien que la de Darwin, en la que un pez termina siendo un pájaro.
Pensé que algún día construiría lámparas inspiradas en la genial novela El Señor de los Anillos
Pensé que, algún día, construiría alguna lámpara que rindiese homenaje a El Señor de los Anillos. A principios del siglo XXI, una película basada en la novela de Tolkien le dio mucha más popularidad a la saga y volvieron a mi mente aquello recuerdos, así que en mis paseos diarios por el bosque siempre iba pensando que encontraría esos trozos de madera adecuados para mi tributo. Y en efecto, los fui encontrando, los fui puliendo y dando otra vez luz y vida. Este es mi tributo a la saga de lámparas de aquel genio, J. R. R. Tolkien y su obra maestra, El Señor de los Anillos.
Espero que os gusten
P. D.: Y aún falta una lámpara, dedicada a alguien que, cuando se construyeron esas lámparas, ya vivía. ¿Sabes quién es? Pronto la verás...