Historia ALCA ARTE
Hace mucho tiempo, un artesano llamado Carlos y su nieto Álvaro de ocho años vivían en el bosque. Carlos se levantaba temprano para salir a pasear por los senderos con su fiel amigo, su perro, el señor Knuckles, en busca de madera para sus creaciones. Un día, mientras caminaba por el bosque y el señor Knuckles escudriñaba todos los rincones del bosque, saludando a todos los pequeños animales que salían a su paso, encontró un tronco maravilloso que parecía tener una energía especial.
Carlos decidió llevárselo a casa y lo primero que hizo fue enseñárselo a pequeño Álvaro, que acababa de finalizar sus tareas de la escuela. La belleza del tronco le cautivó también. Carlos comenzó a limpiarlo y a quitarle la madera que no servía. Después de horas de trabajo, finalmente logró darle forma y crear una hermosa lámpara de mesa.
La belleza del tronco cautivó a Carlos, que creó una hermosa lámpara de mesa
Cuando la encendió, la lámpara emitió una luz cálida y tranquilizadora que llenó de paz su hogar. Pero lo más sorprendente sucedió cuando los vecinos de Carlos y el pequeño Álvaro comenzaron a acudir a su casa para ver la lámpara. Todos quedaron maravillados con la luz que emitía y la tranquilidad que transmitía.
Con el tiempo, la fama de la lámpara de Álvaro y Carlos se extendió por toda la región y las gentes comenzaron a acudir a ellos para que les hicieran lámparas con troncos de madera natural del bosque. A medida que creaban más lámparas, Carlos descubrió que cada una de ellas tenía un poder especial que beneficiaba a las personas que las poseían. Era la tranquilidad de su luz y sus formas delicadas y caprichosas, fruto de la inspiración del artesano, lo que llevaba a sus hogares el sosiego y la paz.
A partir de entonces, Carlos se dedicó por completo a la creación de lámparas de troncos de madera natural del bosque. Cada una de ellas era única y especial y todas ellas llevaban consigo la magia del bosque y la tranquilidad que ofrece la naturaleza.
Cada lámpara lleva consigo la magia del bosque y la tranquilidad que ofrece la naturaleza
Desde entonces, las lámparas de Álvaro y Carlos, ALCA ARTE (con AL de Álvaro y CA de Carlos) se convirtieron en un objeto de deseo para todas las personas de la región y su nombre se convirtió en sinónimo de calidad, belleza, magia y arte. Y así, el artesano continuó haciendo lámparas durante muchos años, llevando la luz y la tranquilidad a todos aquellos que las poseían. Hasta hoy. Y cuenta la leyenda que después de mucho tiempo haciendo aquellas lámparas, el viejo Carlos y pequeño Álvaro se dieron cuenta que esas lámparas también concedían algunos deseos muy especiales. Pero eso es otra historia… ¡Que os contaré otro día!
