FÉNIX

Historia de la pieza

Una mañana decidí hacerme unos cuantos kilómetros con el señor Knuckles hasta una zona en donde se había producido un incendio. Aunque cuando llegamos ya estaba apagado, yo ya me imaginaba la tristeza que iba a sentir; pero fue mucho más allá: era una auténtica desolación. Me puse a llorar, no podía evitarlo. Knuckles se daba cuenta de mi tristeza. Me dio unos lametazos muy suaves en la mano y andaba muy despacito, cabizbajo, con los ojos levantados hacia arriba, mirándome. Notaba en su mirada que me preguntaba ¿por qué ha pasado esto?

No podía imaginar la cantidad de animales que habrían muerto: cachorros, pollitos, crías de muchas especies… en fin, un desastre provocado por una mala persona, alguien con mucha maldad dentro. Estoy seguro de que la vida hará que algún día lo pague.

Mientras miraba, absolutamente triste y desolado, limpiándome de los ojos las lágrimas que no me dejaban ver, distinguí algo que había sobrevivido al infierno. Todo a mi alrededor estaba quemado, pero, de un montón de rosal silvestre destrozado y consumido por el fuego, sobresalían unos palos. Me acerqué: era un trozo de raíz que increíblemente había sobrevivido; aun estando algo quemado, pensé que no se podía quedar allí. Parecía un ave tratando de volar, un fénix intentando resurgir, escapar de esa catástrofe. No podía dejarlo allí, tenía que ayudarlo a conseguir el objetivo que seguro que se había propuesto: salir del incendio.

Con todo mi corazón y con todo el respeto me lo llevé en mis brazos y aquí está. Espero que os guste.