NEPTUNO
Historia de la pieza
Paseábamos una tarde de primavera, el señor Knuckles y yo. Era una de las veces que nos acompañaba mi queridísima, maravillosa y bella mujer, la flor más bonita de todo el campo.
De repente, miré y descubrí en una pequeña vaguada un trozo de raíz que asomaba. Tiré de ella, la movía hacia un lado, hacia otro, mientras mis dos compañeros me observaban sentados, mirándose mutuamente sin saber muy bien cuánto duraría esa lucha con la rama. Señor Knuckles, al principio, creía que era para que jugase él.
Cuando por fin la saqué, era una raíz fantástica de rosal silvestre y mi querida esposa la miró y simplemente dijo: Neptuno. Se me abrieron los ojos como platos, volví a mirar la pieza y sí, ahí estaba Neptuno, pero también estaba su tridente, su corona, el Nautilus, la espada que corta el mar. Esta lámpara es todo un homenaje al dios del mar.