LA SIRENA
Historia de la pieza
Al pequeño Álvaro le gustan los cuentos, como a todos los niños, y siempre me pide que le cuente alguno a la hora de descansar un poco, en la siesta, y por supuesto, sin falta, antes de dormir por la noche. Peter Pan es uno de los cuentos que le encantan.
Un buen día habíamos terminado de comer y me pidió que se lo contara. Estábamos en el bosque, el sitio era el apropiado, desde luego. Un poco antes de llegar a la parte donde Peter conoce a las sirenas, empezó a sonar más fuerte un ruido, una especie de silbido, que ya llevaba escuchando un rato. Soplaba algo de aire y el señor Knuckles dormía, junto a Álvaro a pata suelta, siempre pegado a él. Cuando terminé con el cuento, Álvaro se había quedado dormido. Me alejé unos metros para ver de dónde salía ese silbido: era de un trozo de cerezo, de un tocón seco, del que, al pasar el aire, salía ese sonido; además, parecía una aleta de pez entrando en el agua. Así que corte ese trozo y aquí está, la sirena. Espero que os guste.